Diego Herrero tenía muy claro con 16 años que quería tener su propio restaurante y, en aquel momento, ya decidió el nombre: Vidocq.
Veinte años después, su sueño es una realidad que apuesta por una gastronomía muy mimada, en la que se pueden descubrir sabores que Herrero ha traído de sus viajes y de sus experiencias en lugares como Tailandia, Indonesia o India.